Restaurante y Gastro-Bar CASA PEDRO.
Tipo de cocina: Casera con autoría.
Dirección: c/Cadena, 6 .
Zona: casco histórico. Sector:
Coso/Plaza San Miguel.
Tel. reservas: 976 29 11 68 y
restaurantecasapedro@hotmail.com
En esta ocasión, les voy
a hablar de un restaurante atípico debido a su última reforma.
Conservando un nombre de gran tradición y ubicado en el mismo lugar,
Casa Pedro lleva más de 50 años en ese mismo edificio, en la zona
céntrica y castiza del Coso, aunque en los últimos años ha ido
evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos y a los nuevos
comensales. Producto de este esfuerzo, es la última transformación
que ha dejado la planta calle con una zona moderna y desenfadada
dedicada a gastro-bar, en la cual se pueden disfrutar excelentes
tapas elaboradas al momento en cocina (por eso no hay tapa alguna
sobre la barra), entre ellas la novísima “Atún marino” (un
tataki de atún marinado con ensalada de algas, ajo blanco y ajo
verde), elaboración recientemente galardonada como “Mejor tapa”
del Concurso de tapas ciudad de Zaragoza 2014. En esa misma planta
baja, al fondo, hay unas cuantas mesas de comedor más formalmente
vestidas, y en la planta superior se encuentra el comedor principal,
con idéntica decoración rústica estilo aragonés, recordando la
decoración de mesón tradicional que antaño ofrecía “Casa Pedro”
a sus visitantes. Además, existe un espacio reservado para comidas
familiares o de empresa dotado de mayor intimidad y privacidad. En
total, unas cincuenta plazas.
Gastro-Bar Casa Pedro
Detalle comedor Planta Baja
Para poder evaluar, tanto
la parcela dedicada a gastro-bar como la dedicada a restaurante, voy
a tratar de desglosar una mixtura de ambos, de tal manera que,
primeramente, van a ir comentadas algunas de las tapas que se pueden
disfrutar en esa zona concebida como gastro-bar de altura, y también
al menos, unas pinceladas de lo que se puede encontrar el comensal en
cuanto a la carta del restaurante. Vamos a ello.
Se
trata, como comentaba antes, de la tapa ganadora del Certamen de
tapas 2014 Ciudad de Zaragoza. Teniendo en cuanta esta premisa, y al
mismo tiempo distanciándome de ella para ver y sentir que es lo que
la tapa me transmite a todos los niveles, he de decir que, de
entrada, a nivel visual, tiene esa belleza en su aparente simplicidad
tan propia de la cultura y gastronomía japonesa. Evidentemente
estamos ante una tapa muy en esa sintonía, pues se trata de un
“tataki” (que vienen a ser lonchas o filetes finos, normalmente
de pescado, aunque también se elabora de carnes). Un tataki de atún
que ha sido marinado con un proceso complejo de escabechado japonés
denominado “sambaizu” (créanme que no es fácil darle el punto
que se busca).
Adornado con hoja de mostaza y rábano y sobre un
lecho de varias clases de alga comestible, entre las que distingo
wakame y agar agar. Las dos salsas (ajo blanco y ajo verde), ligan a
la perfección con el resto de elementos del plato; y digo plato
porque esta preparación se puede considerar un plato redondo pero en
miniatura. La textura de la carne, tierna y con un sabor muy especial
debido al marinado japonés, se alía a la perfección con la de las
algas, más crujiente para componer un bocado delicioso a gusto con
las salsas. Una tapa muy fresca. Ideal para el verano, sorprendente,
sabrosa y con una presentación de diez. Absolutamente recomendable.
A aquellos que abominen del sushi, sashimi y otras delicatessen
japonesas, decidan ustedes mismos. Sólo decirles que hay una
diferencia más que sutil entre lo crudo y lo marinado o ahumado.
Presentada
en una copa de cóctel, esta tapa llama la atención a nivel visual
por su planteamiento sorprendente y divertido. Para mí sus virtudes
radican en unas piezas de pollo empanadas que van en caliente,
componiendo así una ensalada templada, de muy buena textura
(crujientes pero tiernas por dentro) y sabor. El otro aspecto que me
ha gustado de esta tapa es el concepto de llevar al terreno de la
cocina en miniatura lo que sería una ensalada César. La salsa de
anchoas y parmesano resulta demasiado suave, de tal manera que lo que
debería impulsar el plato, le hace perder empaque. Por otro lado, la
copa de cóctel, hace casi imposible la tarea de mezclar los
elementos con la salsa y repartir el aliño sin que se desborden
fuera del recipiente. Tanto el mézclum vegetal como los costrones de
pan muy correctos. Creo que es más apropiada para degustar en plato
grande, opción que además existe en dicho local.
Un
mejillón tigre que, de entrada, sorprende porque rompe con lo que un
comensal siempre espera encontrar cuando le ponen esta tapa típica
“de las de toda la vida”. Pues no. estamos ante lo que podría
llamarse un mejillón “deconstruido” o “falso mejillón”. Me
explicaré. La concha natural en la que suele presentarse, se ha
transformado en el plato, de porcelana blanca, que hace de soporte de
la tapa. Como bajo-plato, una tabla de pizarra negra (que se usa para
casi todas las presentaciones en este establecimiento). El “tigre”
se ha transformado en dos bolitas empanadas, crujientes por fuera y
cremosas por dentro. Llega caliente, recién hecha, preparada al
momento como todas, por lo que a veces hay que esperar un poquito,
pero merece la pena. En cuanto a sabor, se percibe el mejillón
aunque podría ser de un modo más intenso, así como un ligero toque
picante que le aorta chispa. La salsa, por encima, termina de
redondear y darle un toque más meloso al conjunto. No obstante una
tapa absolutamente recomendable para hincar el diente a un “tigre”
diferente.
Tapa
nº 4. “Canelón de pintada con trompeta negra y salsa de
foie” (Tapa destacada).
A
veces, se da una conjunción de elementos y circunstancias que hacen
que una obra fruto de la creatividad (ya sea pintura, escultura o,
como en este caso, gastronomía), salte a una categoría superior y
se convierta en arte. Esta tapa me ha parecido redonda y excepcional
por varias razones. El intenso sabor a trufa me indica que también
se ha utilizado este tesoro natural que es capaz de aportar magia a
los platos. Si a ello añadimos el foie,
que liga a la perfección con la carne de aves como la pintada, la
pularda o el faisán, sólo faltaba el toque del sabor y melosidad de
una seta como la trompeta para compone un equipo de cinco estrellas.
Y se preguntarán ustedes, ¿qué es lo que podría fallar o faltar en
esta tapa?. Pues la textura. Podría ser excesivamente blanda,
correosa o simplemente incomestible si todos esos elementos no
estuviesen trabajados previamente para lograr su punto perfecto de
textura tan sólo a redondear en el toque final.¿Y el toque
crujiente? También lo lleva: una lámina de patata violeta que,
además, aporta vistosidad y color al plato. Una carne de pintada
perfectamente deshuesada, la pasta del canelón en su punto idóneo...
todo en este plato (porque para mí es, sin duda, todo un plato de
nivel miniaturizado) está perfectamente integrado y elaborado para
que, a la hora de saborearlo, los sentidos y las papilas gustativas
se rindan a sus pies. Si duda una de las mejores tapas que he probado
en la ciudad. Imprescindible.
Con
una presentación visual sencilla pero actualizada, este plato es un
perfecto ejemplo de que, no sólo la tradición no está reñida con
la vanguardia a nivel culinario, sino que en ocasiones ambas
corrientes pueden nutrirse la una de la otra para componer un plato
de altura. Cuidando la calidad en cuanto a ingredientes y con una
elaboración con mimo, la carne del bacalao, perfectamente
desespinada, blanca y tierna, se alía con la melosidad e
inconfundible sabor de la boletus
y
el suave y cremoso gratinado para componer nuevamente bocados
deliciosos que hacen que las papilas se rindan y aplaudan de
satisfacción. No es un plato de sabores contundentes, al contrario,
su grandeza reside en el perfecto punto de elaboración y textura
para lograr un sabor sutil y delicado. Nada falta y nada sobra, un
equilibrio perfecto también en sazonado. Absolutamente recomendable
e imprescindible para amantes del pescado (en especial del bacalao).
POSTRE.
De
nuevo estamos ante un postre tradicional que ha sido deconstruido, al
que se ha añadido el toque fresco, frutal y exótico del helado de
mango. Más similar a un ganaché
que a una mousse
de chocolate, este “cremoso” se muestra y destaca con su color
sobre unas migas de bizcocho de naranja, componiendo lo que sería
una tarta de chocolate con naranja en un concepto visual más moderno
y vanguardista. Pero la alianza de sabores no cambia. Chocolate negro
y naranja son una combinación perfecta (para mí de las mejores,
junto con la fresa, el plátano , la pera y la menta). El helado de
mango añade además un contraste de temperatura y fresco a este
postre muy bien planteado.
Casa Pedro. Detalle de mesa restaurante.
Reservado para celebraciones privadas
Y
aquí va el comentario final. “Casa Pedro” es un restaurante
peculiar. Con sus últimas remodelaciones ha conseguido dedicar un
espacio que se decanta más hacia la modernidad para captar a un
público joven y exigente, y, por otro lado, para seguir teniendo a
ese público fiel de toda la vida, ha tenido el acierto de no olvidar
sus raíces. Decisión inteligente, porque a mi entender hubiese sido
un error ese olvido. De este modo, con una base de cocina casera y mimo
en la elaboración y trato al producto de calidad, los jóvenes
chefs de “Casa Pedro”, Luis Antonio y Javier Carcas, han sabido introducir elementos de
actualización en las presentaciones sin que chirríe la maquinaria.
No en vano, siguen preparando exclusivamente de encargo algunos platos míticos del antiguo
mesón Pedro como las “patatas a la importancia”, que los que
ahora pintan canas es seguro que han probado más de una vez. Con un buen
tratamiento de los pescados y las setas, “casa Pedro” (su nombre
ya es toda una declaración a esos lugares sencillos en los que se
comía tan bien, las “casas de comidas” o fondas en las que se
practicaba una cocina casera que, con productos naturales y de
temporada, sabía hacer del “dar de comer” a sus visitantes un
arte) no olvida las carnes. En su carta pueden encontrarse
elaboraciones como el “steak tartare”, esos jarretes tan típicos
de Aragón o una “paletilla de cordero lechal con D.O. Aragón
rellena”. Con un servicio cordial y familiar, una carta de
vinos no demasiado extensa pero con referencias bien seleccionadas y
precios moderados, “Casa Pedro” permite introducirse en su
universo particular a través de ese gastro-bar agradable y moderno
con graciosos dibujos decorando el fondo y fotografías ampliadas de
algunas de sus tapas. Tapas elaboradas al momento, lo que debería
ser norma, desgraciadamente es una excepción, pero es lo que permite
ofrecer al comensal la máxima calidad y frescura en cada
elaboración. Interesantes vinos por copas. Tenemos pues un gastro-bar de altura a precios
razonables. En cuanto al restaurante, éste ofrece la posibilidad de
degustar “a lo grande” algunas de esas tapas que, a mi entender, me habían parecido verdaderos platos redondos, con entidad y presencia, y
ha sido una agradable confirmación y grata sorpresa para mí ver impresos algunos de ellos en
la carta del restaurante. Quien desee disfrutar a máximo de la
gastronomía que ofrece “Casa Pedro”, tiene a su disposición un
menú degustación muy completo por treinta y cinco euros (bebida
aparte), pero se puede comer o cenar con sus variadas opciones
invirtiendo menos. Por todo ello considero que “Casa Pedro” es un
lugar absolutamente recomendable para disfrutar de la buena
gastronomía, de los pocos establecimientos que siguen mostrando amor
y respeto por la cocina tradicional y sus fundamentos, que no podemos olvidar son la base de toda esta ciencia de los fogones, pero además, con un indudable sello de autor que esos jóvenes chefs imprimen a todos sus platos. Por ello, considero que debe pasar a formar parte también de la sección de "restaurantes destacados" de El Paladar Crítico.
Y es que el
que olvida totalmente sus raíces, se está equivocando. Y “Casa
Pedro” ha tenido y tiene muy claro que no deben olvidar esas
raíces culinarias aunque los tiempos y los comensales evolucionen y
haya que adaptarse a ellos.
Detalle decoración del espacio Gastro-Bar
Restaurante
y gastro-bar “Casa Pedro”
Ubicació y entorno: 9
Ambiente y decoración: Gastro-bar: 9. Restaurante: 8
Cantidad: 7
Calidad: 9,5
Global: 8,5
No hay comentarios:
Publicar un comentario