martes, 20 de julio de 2010

MENÚ EN TIEMPOS DE CRISIS.


COMER DE MENÚ EN TIEMPOS DE CRISIS


¿Recuerdan ustedes cuando pagábamos en los restaurantes en pesetas (y , por ende, en todos los lugares donde adquiríamos un producto o servicio) ? Parece que hace un siglo, pero apenas han transcurrido diez años desde la entrada del euro, nuestra actual moneda.

No se trata de hacer un ejercicio nostálgico, la cosa no va por ahí. Pero convendrán ustedes conmigo en que, con la llegada de la nueva moneda, los precios de la hostelería (y de casi todo) subieron de forma muy abrupta y sin mucha justificación (una caña pasó de costar 100 pesetas a un euro casi de un día para otro; un 66% de incremento). Esto se reflejó también en los precios de la fórmula más habitual y utilizada por todos los ciudadanos a la hora de comer fuera de casa: el menú del día.

Terminó la Expo 2008 (otro factor de subida de precios en hoteles y restaurantes de toda la ciudad), hemos llegado a julio de 2010 y, se preguntarán ustedes, ¿ cómo está la situación ahora mismo en nuestra ciudad ? ¿Hacia dónde vamos?.

No hace demasiado tiempo, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) situó a Zaragoza como la ciudad más cara para comer de menú del día. Triste podio para nuestra ciudad (por delante de urbes como Madrid, Barcelona o Valencia) en esta ocasión.

La realidad es que, en nuestra ciudad, los menús del día estarían entre los 8 euros (en las opciones más económicas) y menús que pueden llegar a los 25, 30 e incluso 40 euros (y no siempre en restaurantes de alto nivel).

Para los que buscan las alternativas más económicas, piensen que en algunos bares y restaurantes existe todavía la alternativa del plato del día: un plato completo que, acompañado con agua o vino nos puede resultar por un precio inferior al de un menú. Todavía hay locales en el casco histórico y/o en los distintos barrios de nuestra ciudad donde comer de forma casera y barata gracias a esta modalidad. También podríamos elegir un turco (aún sin menú, un kebab de carne de ternera o pollo con ensalada y queso feta es barato, poco graso y sabroso); un menú del día de restaurante chino, el menú o plato del día de un italiano. Algunas casas regionales (a veces un poco ocultas) o mesones con nomenclatura regional (Andalucía, Rioja, Galicia, Soria, Extremadura, etc.) ofrecen también menús económicos en sus restaurantes. También los restaurantes de los centros comerciales que todos ustedes conocen (no quiero hacerles publicidad) pueden satisfacer nuestro apetito por un precio razonable. Les animo desde aquí a que participen y nos cuenten sus experiencias positivas respecto a comer de menú casero y económico en nuestra Zaragoza. Sin ánimo de influirles, puedo nombrarles unos cuantos: El CHZ (restaurante del Centro de Historia de Zaragoza", "Casa Sancho", “Masclaras”, “Triana”, “La Trufa”, “La Galerna”, “Panettone”, Casa Emilio, Faustino, etc.

El plato combinado es otra opción que puede resultar económica (la bebida siempre va aparte) si el combinado se encuentra entre 6 y 8-9 euros.

Conforme los locales incorporan diseño y/o están situados en calles principales, los menús arrancan en unos 12 euros; luego viene un amplio abanico de restaurantes con precios en torno a los 15 y, finalmente, en la frontera de los 18 euros, encontramos el salto al segmento de los restaurantes que elaboran un menú de alta calidad (con mesas bien vestidas, manteles de hilo, vajillas decoradas o de inspiración minimalista u oriental y copas bordelesas) con cocina de autor, y que materializan sus propuestas gastronómicas a partir de los 20 euros (llegando en muchas ocasiones a los 25 e incluso 30 y hasta 45). Sorprendentemente, pueden ustedes encontrar en nuestra ciudad menús de 40 euros (o incluso más) en locales en los que nunca pensarían ustedes en gastarse semejante cantidad en comer de menú diario, con intención de derivar al comensal a la opción de carta. Otra cuestión muy diferente (y que merecería un artículo aparte) son los menús de noche, los de precio cerrado para cenar o los menús de degustación (aquí la gama de opciones se amplía considerablemente y los límites de precio son muy difusos, variando considerablemente en fechas señaladas).

Algunos restaurantes ofrecen menús del día con una variedad de platos para elegir (hasta 10 primeros y 10 segundos) que, en la práctica, llegan casi a constituir una opción de carta (existiendo también los menús de mediodía a precio cerrado).

Particularmente, pienso que en el nivel de los 9 -10 euros debería haber muchos sitios en Zaragoza en los que poder comer un menú del día casero y variado. La crisis económica que está golpeando tan duramente en muchos sectores de nuestra sociedad debería estimular (ya está comenzando a hacerlo) la creatividad, la competitividad y el ingenio de nuestros hosteleros. Si en Madrid o en Barcelona puede uno comer muy dignamente por 10 u 11 euros (en algunos restaurantes hay incluso un día en el que ofrecen comer por 1 o 2 euros y con eso han captado clientela fija), nuestra ciudad debería esforzarse en hacer lo mismo. Puede y debe hacerlo. Como siempre, los clientes y consumidores tenemos el poder de decidir cuando y dónde vamos a ir a disfrutar de una comida. Esa facultad de libre albedrío, el paso del tiempo y la evolución de las circunstancias sociales y económicas, pondrá en su justo lugar a todos los elementos de este conglomerado humano y gastronómico.

Algunos desaparecerán, otros se adaptarán, pero estoy convencido de que, el que lo haga bien, saldrá fortalecido y seguirá bañando sus platos con esa salsa que nunca sobra y con la que siempre se intenta alcanzar el sabor perfecto: la de la sabiduría.

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