miércoles, 30 de julio de 2014

Restaurante y Gastro-Bar CASA PEDRO

Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico:

Restaurante y Gastro-Bar CASA PEDRO.
Tipo de cocina: Casera con autoría.
Dirección: c/Cadena, 6 .
Zona: casco histórico. Sector: Coso/Plaza San Miguel.
Tel. reservas: 976 29 11 68 y restaurantecasapedro@hotmail.com


En esta ocasión, les voy a hablar de un restaurante atípico debido a su última reforma. Conservando un nombre de gran tradición y ubicado en el mismo lugar, Casa Pedro lleva más de 50 años en ese mismo edificio, en la zona céntrica y castiza del Coso, aunque en los últimos años ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos y a los nuevos comensales. Producto de este esfuerzo, es la última transformación que ha dejado la planta calle con una zona moderna y desenfadada dedicada a gastro-bar, en la cual se pueden disfrutar excelentes tapas elaboradas al momento en cocina (por eso no hay tapa alguna sobre la barra), entre ellas la novísima “Atún marino” (un tataki de atún marinado con ensalada de algas, ajo blanco y ajo verde), elaboración recientemente galardonada como “Mejor tapa” del Concurso de tapas ciudad de Zaragoza 2014. En esa misma planta baja, al fondo, hay unas cuantas mesas de comedor más formalmente vestidas, y en la planta superior se encuentra el comedor principal, con idéntica decoración rústica estilo aragonés, recordando la decoración de mesón tradicional que antaño ofrecía “Casa Pedro” a sus visitantes. Además, existe un espacio reservado para comidas familiares o de empresa dotado de mayor intimidad y privacidad. En total, unas cincuenta plazas.

Gastro-Bar Casa Pedro



 Detalle comedor Planta Baja


Para poder evaluar, tanto la parcela dedicada a gastro-bar como la dedicada a restaurante, voy a tratar de desglosar una mixtura de ambos, de tal manera que, primeramente, van a ir comentadas algunas de las tapas que se pueden disfrutar en esa zona concebida como gastro-bar de altura, y también al menos, unas pinceladas de lo que se puede encontrar el comensal en cuanto a la carta del restaurante. Vamos a ello.


Tapa nº 1. “Atún marino”. (Tapa destacada por textura y sabor)

Se trata, como comentaba antes, de la tapa ganadora del Certamen de tapas 2014 Ciudad de Zaragoza. Teniendo en cuanta esta premisa, y al mismo tiempo distanciándome de ella para ver y sentir que es lo que la tapa me transmite a todos los niveles, he de decir que, de entrada, a nivel visual, tiene esa belleza en su aparente simplicidad tan propia de la cultura y gastronomía japonesa. Evidentemente estamos ante una tapa muy en esa sintonía, pues se trata de un “tataki” (que vienen a ser lonchas o filetes finos, normalmente de pescado, aunque también se elabora de carnes). Un tataki de atún que ha sido marinado con un proceso complejo de escabechado japonés denominado “sambaizu” (créanme que no es fácil darle el punto que se busca). 

Adornado con hoja de mostaza y rábano y sobre un lecho de varias clases de alga comestible, entre las que distingo wakame y agar agar. Las dos salsas (ajo blanco y ajo verde), ligan a la perfección con el resto de elementos del plato; y digo plato porque esta preparación se puede considerar un plato redondo pero en miniatura. La textura de la carne, tierna y con un sabor muy especial debido al marinado japonés, se alía a la perfección con la de las algas, más crujiente para componer un bocado delicioso a gusto con las salsas. Una tapa muy fresca. Ideal para el verano, sorprendente, sabrosa y con una presentación de diez. Absolutamente recomendable. A aquellos que abominen del sushi, sashimi y otras delicatessen japonesas, decidan ustedes mismos. Sólo decirles que hay una diferencia más que sutil entre lo crudo y lo marinado o ahumado.


Tapa nº 2. “Ensalada crujiente de pollo con salsa de anchoas y parmesano”.

Presentada en una copa de cóctel, esta tapa llama la atención a nivel visual por su planteamiento sorprendente y divertido. Para mí sus virtudes radican en unas piezas de pollo empanadas que van en caliente, componiendo así una ensalada templada, de muy buena textura (crujientes pero tiernas por dentro) y sabor. El otro aspecto que me ha gustado de esta tapa es el concepto de llevar al terreno de la cocina en miniatura lo que sería una ensalada César. La salsa de anchoas y parmesano resulta demasiado suave, de tal manera que lo que debería impulsar el plato, le hace perder empaque. Por otro lado, la copa de cóctel, hace casi imposible la tarea de mezclar los elementos con la salsa y repartir el aliño sin que se desborden fuera del recipiente. Tanto el mézclum vegetal como los costrones de pan muy correctos. Creo que es más apropiada para degustar en plato grande, opción que además existe en dicho local.


Tapa nº 3. “Mejillón tigre”.

Un mejillón tigre que, de entrada, sorprende porque rompe con lo que un comensal siempre espera encontrar cuando le ponen esta tapa típica “de las de toda la vida”. Pues no. estamos ante lo que podría llamarse un mejillón “deconstruido” o “falso mejillón”. Me explicaré. La concha natural en la que suele presentarse, se ha transformado en el plato, de porcelana blanca, que hace de soporte de la tapa. Como bajo-plato, una tabla de pizarra negra (que se usa para casi todas las presentaciones en este establecimiento). El “tigre” se ha transformado en dos bolitas empanadas, crujientes por fuera y cremosas por dentro. Llega caliente, recién hecha, preparada al momento como todas, por lo que a veces hay que esperar un poquito, pero merece la pena. En cuanto a sabor, se percibe el mejillón aunque podría ser de un modo más intenso, así como un ligero toque picante que le aorta chispa. La salsa, por encima, termina de redondear y darle un toque más meloso al conjunto. No obstante una tapa absolutamente recomendable para hincar el diente a un “tigre” diferente.


Tapa nº 4. “Canelón de pintada con trompeta negra y salsa de foie” (Tapa destacada).

A veces, se da una conjunción de elementos y circunstancias que hacen que una obra fruto de la creatividad (ya sea pintura, escultura o, como en este caso, gastronomía), salte a una categoría superior y se convierta en arte. Esta tapa me ha parecido redonda y excepcional por varias razones. El intenso sabor a trufa me indica que también se ha utilizado este tesoro natural que es capaz de aportar magia a los platos. Si a ello añadimos el foie, que liga a la perfección con la carne de aves como la pintada, la pularda o el faisán, sólo faltaba el toque del sabor y melosidad de una seta como la trompeta para compone un equipo de cinco estrellas. Y se preguntarán ustedes, ¿qué es lo que podría fallar o faltar en esta tapa?. Pues la textura. Podría ser excesivamente blanda, correosa o simplemente incomestible si todos esos elementos no estuviesen trabajados previamente para lograr su punto perfecto de textura tan sólo a redondear en el toque final.¿Y el toque crujiente? También lo lleva: una lámina de patata violeta que, además, aporta vistosidad y color al plato. Una carne de pintada perfectamente deshuesada, la pasta del canelón en su punto idóneo... todo en este plato (porque para mí es, sin duda, todo un plato de nivel miniaturizado) está perfectamente integrado y elaborado para que, a la hora de saborearlo, los sentidos y las papilas gustativas se rindan a sus pies. Si duda una de las mejores tapas que he probado en la ciudad. Imprescindible.


Bacalao gratinado con boletus” (Plato destacado).

Con una presentación visual sencilla pero actualizada, este plato es un perfecto ejemplo de que, no sólo la tradición no está reñida con la vanguardia a nivel culinario, sino que en ocasiones ambas corrientes pueden nutrirse la una de la otra para componer un plato de altura. Cuidando la calidad en cuanto a ingredientes y con una elaboración con mimo, la carne del bacalao, perfectamente desespinada, blanca y tierna, se alía con la melosidad e inconfundible sabor de la boletus y el suave y cremoso gratinado para componer nuevamente bocados deliciosos que hacen que las papilas se rindan y aplaudan de satisfacción. No es un plato de sabores contundentes, al contrario, su grandeza reside en el perfecto punto de elaboración y textura para lograr un sabor sutil y delicado. Nada falta y nada sobra, un equilibrio perfecto también en sazonado. Absolutamente recomendable e imprescindible para amantes del pescado (en especial del bacalao).


POSTRE.

Cremoso de chocolate con helado de mango y bizcocho de naranja. (Postre recomendado).

De nuevo estamos ante un postre tradicional que ha sido deconstruido, al que se ha añadido el toque fresco, frutal y exótico del helado de mango. Más similar a un ganaché que a una mousse de chocolate, este “cremoso” se muestra y destaca con su color sobre unas migas de bizcocho de naranja, componiendo lo que sería una tarta de chocolate con naranja en un concepto visual más moderno y vanguardista. Pero la alianza de sabores no cambia. Chocolate negro y naranja son una combinación perfecta (para mí de las mejores, junto con la fresa, el plátano , la pera y la menta). El helado de mango añade además un contraste de temperatura y fresco a este postre muy bien planteado.


Casa Pedro. Detalle de mesa restaurante.


 Reservado para celebraciones privadas




Y aquí va el comentario final. “Casa Pedro” es un restaurante peculiar. Con sus últimas remodelaciones ha conseguido dedicar un espacio que se decanta más hacia la modernidad para captar a un público joven y exigente, y, por otro lado, para seguir teniendo a ese público fiel de toda la vida, ha tenido el acierto de no olvidar sus raíces. Decisión inteligente, porque a mi entender hubiese sido un error ese olvido. De este modo, con una base de cocina casera y mimo en la elaboración y trato al producto de calidad, los jóvenes chefs de “Casa Pedro”, Luis Antonio y Javier Carcas, han sabido introducir elementos de actualización en las presentaciones sin que chirríe la maquinaria. No en vano, siguen preparando exclusivamente de encargo algunos platos míticos del antiguo mesón Pedro como las “patatas a la importancia”, que los que ahora pintan canas es seguro que han probado más de una vez. Con un buen tratamiento de los pescados y las setas, “casa Pedro” (su nombre ya es toda una declaración a esos lugares sencillos en los que se comía tan bien, las “casas de comidas” o fondas en las que se practicaba una cocina casera que, con productos naturales y de temporada, sabía hacer del “dar de comer” a sus visitantes un arte) no olvida las carnes. En su carta pueden encontrarse elaboraciones como el “steak tartare”, esos jarretes tan típicos de Aragón o una “paletilla de cordero lechal con D.O. Aragón rellena”. Con un servicio cordial y familiar, una carta de vinos no demasiado extensa pero con referencias bien seleccionadas y precios moderados, “Casa Pedro” permite introducirse en su universo particular a través de ese gastro-bar agradable y moderno con graciosos dibujos decorando el fondo y fotografías ampliadas de algunas de sus tapas. Tapas elaboradas al momento, lo que debería ser norma, desgraciadamente es una excepción, pero es lo que permite ofrecer al comensal la máxima calidad y frescura en cada elaboración. Interesantes vinos por copas. Tenemos pues un gastro-bar de altura a precios razonables. En cuanto al restaurante, éste ofrece la posibilidad de degustar “a lo grande” algunas de esas tapas que, a mi entender, me habían parecido verdaderos platos redondos, con entidad y presencia, y ha sido una agradable confirmación y grata sorpresa para mí ver impresos algunos de ellos en la carta del restaurante. Quien desee disfrutar a máximo de la gastronomía que ofrece “Casa Pedro”, tiene a su disposición un menú degustación muy completo por treinta y cinco euros (bebida aparte), pero se puede comer o cenar con sus variadas opciones invirtiendo menos. Por todo ello considero que “Casa Pedro” es un lugar absolutamente recomendable para disfrutar de la buena gastronomía, de los pocos establecimientos que siguen mostrando amor y respeto por la cocina tradicional y sus fundamentos, que no podemos olvidar son la base de toda esta ciencia de los fogones, pero además, con un indudable sello de autor que esos jóvenes chefs imprimen a todos sus platos. Por ello, considero que debe pasar a formar parte también de la sección de "restaurantes destacados" de El Paladar Crítico. 
  Y es que el que olvida totalmente sus raíces, se está equivocando. Y “Casa Pedro” ha tenido y tiene muy claro que no deben olvidar esas raíces culinarias aunque los tiempos y los comensales evolucionen y haya que adaptarse a ellos.

Detalle decoración del espacio Gastro-Bar





Restaurante y gastro-bar “Casa Pedro”

Ubicació y entorno: 9
Ambiente y decoración: Gastro-bar: 9. Restaurante: 8
Cantidad: 7
Calidad: 9,5
Global: 8,5

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