jueves, 3 de julio de 2014

Restaurante "La Parrilla de Don Teobaldo"

Restaurante " La parrilla de Don Teobaldo".
Dirección: c/ Don Teobaldo , 6, Zaragoza.
Zona: centro histórico. Sector: Coso bajo, junto calle Boterón.
Tipo de cocina: Aragonesa/De mercado
Especialidad: carnes a la parrilla de brasa.
Tel reservas. : 976 201 738
Web: www.laparrilladedonteobaldo.com






Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico. Este espacio web gastronómico, en su afán de evaluar y dar a conocer a todos ustedes/vosotros también nuevos establecimientos, va a comentar esta vez un restaurante que apenas lleva tres meses de andadura en la parte histórica de la ciudad. Se trata de "La parrilla de Don Teobaldo".




En el local que antaño ocupaba El patio de D. Julián, para que todos ustedes lo ubiquen correctamente, un antiguo y precioso patio aragonés de singular encanto y belleza, se ubica ahora LA PARRILLA DE Don TEOBALDO, un restaurante que se presenta también con una clara identidad aragonesa, tanto en su decoración como en su cocina. Conservando el encanto de sus vigas de madera e el techo y su suelo de gres rústico pero con nuevas infraestructuras, ha basado su potencial en una espectacular parrilla a la vista para cocinar a la brasa de carbón vegetal una gran variedad de carnes que ofrece, tanto a la carta y de encargo, como a través de dos menús: uno con precio ajustado para los días de diario y otro, más completo, para los fines de semana que incluye (para dos personas) una degustación acompañada de ensalada con un surtido de tres tipos de carnes a la brasa más chorizo, morcilla, longaniza y patatas asadas de guarnición. También incluye el vino de la casa, café, chupito (si se desea) e IVA.



El restaurante, en cuanto a capacidad, es enorme (podría acoger hasta 700 comensales a pleno rendimiento). Cuenta con tres salones diferenciados, el mayor con capacidad para más de trescientos comensales; otro comedor más pequeño que actúa a modo de reservado para unas 25-30 personas y una preciosa zona (también reservada) en la parte de la entrada dedicada antaño a aposentar los carruajes en este precioso patio aragonés antiguo. Con mesas de comedor y sillas de madera tipo mesón, de estilo rústico, armonizando con paredes, vigas y suelo. La altura de techo da aún una mayor sensación de amplitud. La cocina a la vista está completamente acristalada, por lo que se percibe un ligero aroma a brasa muy agradable pero con total ausencia de humos molestos.




Voy a centrarme en comentar ese surtido de brasa más completo acompañado de la ensalada que lo acompaña.

Ensalada D. Teobaldo.

Se trata de una ensalada con lechuga y canónigos, tomate cherry, langostinos pelados y un surtido de setas. Aliñada con aceite de oliva virgen extra, una vinagreta de mostaza y adornada con un cordón de vinagre de Módena. Se ha planteado de esta manera una ensalada de mar y tierra que, lo ideal, es que llevase las setas y langostinos más en caliente para construir una ensalada templada. La presentación visual era bastante mejorable, aunque al ser fin de semana, la cocina estaba bastante desbordada. Yo, particularmente, recomiendo ligar las setas con una salsita de queso (azul, roquefort o curado) que armoniza muy bien con ellas y les da mucho empaque.


Parrillada degustación a la brasa.

Presentada en una fuente de barro cocido refractaria para que conserve más tiempo el calor. El surtido comprende: longaniza, morcilla, chorizo, costillas de ternasco, entrecot y solomillo de ternera. Todo ello acompañado de patata entera con su piel también cocinada a la brasa. Dicho surtido se sirve acompañado de una salsa chimichurri elaborada en la casa con un ligero toque picante. Una salsa al estilo argentino que me ha gustado y realza y le va muy bien a la carne.

Tanto el chorizo, como la longaniza y la morcilla bien desgrasados y con un sabor intenso a brasa. Muy apetitosos. También me ha gustado especialmente el ternasco, que con la brasa toma un sabor y aroma estupendo. Correcto el entrecot y solomillo. Muy agradable la presencia de la patata asada de acompañamiento.

Postre.
Tarta helada al whisky.


Correcta en cuanto a sabor y servida en buena cantidad, regada, si se desea, con ese “chorrico” que potencia sin duda su sabor, siempre con precaución y medida.









El establecimiento ofrece también cortes argentinos de carne, así como chuletón y ternasco asado (por encargo) y caracoles “a la llauna” o a la parrilla, como ustedes los conozcan o deseen nombrar mejor. El café, de la marca Says, me pareció de calidad, agradable de tomar. Para más información, pueden consultar su página web: cafesays.es

La carta de vinos está todavía en proceso de construcción, pero cuenta ya con presencia de vinos aragoneses de todas las D.O y algunos caldos de D.O. Rioja. También cava aragonés.


Mi impresión general es la siguiente. La parrilla de D. Teobaldo cuenta con una ubicación y espacio inmejorables. Una decoración típica aragonesa y comedores espaciosos. Tiene potencial por delante. Bien es cierto que, debido a su reciente apertura, está aún en fase de rodaje y debe terminar de ajustar y mejorar una nave que, debido a sus dimensiones, no es tarea sencilla. También son mejorables las presentaciones, pues el comensal de hoy en día es cada vez más exigente en ese apartado y la comida entra por los ojos en una primera impresión. La parrilla circular a la vista es un espectáculo por sus dimensiones recuerda mucho a las que se utilizan en el mercado medieval al aire libre. En este caso los molestos humos no son percibidos por el comensal debido a su acristalamiento y buen tiro de la chimenea. De lo que no cabe duda, es que para disfrutar de unas carnes a la brasa, y por su gran capacidad y número de salones, es un lugar ideal para celebraciones familiares y grupos tanto medianos como grandes (en este sentido cuenta, por ahora, con dos menús elaborados para grupos, uno más estándar y el superior). Para una comida o cena e pareja, recomiendo ir entre semana o por la noche, siempre reservando para evitar sorpresas. Creo que si perseveran en esa senda de mejora, su privilegiada ubicación, en una zona dentro del casco histórico con mucho ambiente y sabor (la más castiza de Zaragoza), les puede colocar como un lugar de encuentro que logre ser una referencia para disfrutar de esas carnes a la brasa tan nuestras, tan aragonesas. Ese es, sin duda, su camino a seguir, el sello de identidad de una cocina sencilla, sin complicaciones, que no busca introducirse en otras parcelas que pudiesen adulterar su carta de presentación. La de una parrilla-asador al estilo tradicional. Es ahí donde debe perseverar porque ahí está su mercado y claro potencial de crecimiento.




















El Patio de D. Teobaldo.

Ubicación y entorno: 8,5
Ambiente y decoración: 7,5
Cantidad: 8
Calidad: 7

Global: 7,6


4 comentarios:

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  3. Hemos celebrado nuestra boda en el restaurante Don Teobaldo y no podría haber salido peor. Estábamos muy contentos con la elección porque el menú que habíamos contratado nos encantaba, y cuando lo probamos hace unos meses no nos lo pudimos terminar de la cantidad de comida que había. La sorpresa llegó el mismo día de la boda, cuando entramos al restaurante y no habían preparado casi nada (barra de bebidas para el cóctel de bienvenida, etc.) y lo que habían preparado estaba todo mal y al revés. Tuvimos que estar toda la noche detrás de ellos para que algo saliera bien, pero parecía que todo les daba igual. Para colmo, había una despedida de solteros en el salón de al lado con la música a tope de volumen y yo no podía ni oír a mi padre, que lo tenía sentado justo al lado.
    Y luego está el tema de la comida y la bebida...NOS ESTAFARON, literalmente! El menú incluía agua, vino blanco, rosado y tinto, cava, café, copa después del café...y sólo sacaron vino tinto y encima las botellas eran rellenadas con un vino de peor calidad que el que habíamos contratado! A mucha gente no le sirvieron ni el café ni la copa! El agua la sacaban caliente rellenada del grifo, y la calidad y cantidad de todos los platos del menú había sido degradada!: La brandada de bacalao era simple puré de patata, la paletilla de ternasco de Aragón no era ni paletilla ni nada, sólo hueso y encima estaba cruda, igual que las patatas, más duras que una piedra. Y nos pidieron 2000 euros de barra libre teniendo en cuenta que casi todo el mundo se había ido, la mayor parte de la mala leche que hicieron durante el banquete, y además todas las bebidas fueron de garrafón y en vasos minúsculos.
    Y para colmo, negaron muchísimas cosas a nuestros invitados que nosotros habíamos contratado, como por ejemplo el hielo para el café (que se lo negaron hasta a mi madre!) y a muchos les hicieron ir hasta la barra del bar de la entrada del restaurante para comprarse sus propias bebidas, siendo que estaban incluidas en el menú y en el presupuesto.
    Además había un camarero, el más mayor de todos, que iba contestando mal e insultando a nuestros invitados!
    CONCLUSIÓN: Nos hicieron quedar fatal con nuestras familias y amigos, nos amargaron la noche, haciéndonos pasar un mal rato, persiguiéndolos todo el tiempo para que hiciesen algo bien y discutiendo con el dueño del restaurante, que se reía en nuestra cara. Y me he dejado muchísimas cosas por contar! Qué lástima que nos hayamos ido enterando de todo lo que nuestros invitados nos han contado los días de después de la boda, porque si lo hubiésemos sabido esa misma noche, no le pagábamos ni un duro a ese sinvergüenza y caradura!!!!

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  4. Joooo me estoy quedado flipado con lo que estas contando

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