martes, 16 de septiembre de 2014

Restaurante Taberna MARÍA MORENA

Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico:

  Coincidiendo con el inicio de curso deseo en esta ocasión hablarles de un restaurante que ha sido todo un descubrimiento gastronómico. Espero que disfruten con la lectura de su análisis. Un cordial saludo y bienvenidos a "casi" todos, pues algunos afortunados aún pueden disfrutar de días de descanso en este maravilloso mes.

Restaurante- café -Taberna “MARÍA MORENA”
Dirección: Plaza Josá María Forqué, 13
Tel. Reservas.: 976 436 728
Web: www.tabernamariamorena.com

Tipo de cocina: De mercado con sello de autor.
Especialidades: Arroces, setas, caza, chuletón, steak tartare.




El restaurante “María Morena” está ubicado en pleno centro de la ciudad, en una amplia plaza peatonal apartada del ruido del tráfico de la cercana avenida César Augusto, muy cerca del hospital de Nuestra Sra. de Gracia. La plaza va dedicada al insigne director de cine aragonés José María Forqué, inaugurada en su momento por su hija, la querida y adorable actriz Verónica Forqué. El nombre de este castizo restaurante (que recuerda a esas tabernas del Madrid más auténtico y bohemio) rinde también homenaje cinéfilo a este director pues, “María Morena”, fue la primera película del cineasta aragonés y me consta que su hija Verónica lo visita con frecuencia cuando viene a Zaragoza.





El “María Morena” tiene dos zonas claramente diferenciadas separadas por una barra surtida de tapas elaboradas con mimo por el chef Pepe Toledo, alma mater y capitán de este navío gastronómico. Por un lado, a la izquierda de la entrada, elevado en altura para darle mayor privacidad y con la conveniente separación entre mesas, se ubica el comedor principal, recoleto, para unos 25 o 30 comensales. La decoración es agradable, con predominio de la madera en tonos caoba, y las paredes están repletas de retratos de artistas de cine con dedicatorias autografiadas, diversos cuadros y carteles de esa primera película del director aragonés. Existe un segundo comedor, a mano derecha, más reservado, en el que destaca una preciosa alacena, muy acogedor para celebraciones familiares o de empresa y con una capacidad para unas quince o veinte personas. Las mesas están vestidas con mantelería blanca de algodón y la cristalería es adecuada. Buena climatización. El restaurante dispone además de varias mesas de terraza a dos niveles, uno elevado sobre el nivel de la plaza más cerca de la entrada y, después, un buen número de mesas para tomar al aire libre algo más informal. 

El establecimiento tiene excelentes cervezas de la maca belga Affligem, caracterizada por esa doble fermentación que las dota de cuerpo y sabor, elaborada desde hace casi diez siglos por los monjes benedictinos de la abadía del mismo nombre en sus tres variedades: blond, dubbel y trippel, ultimando la fermentación en botella para redondear su característico sabor. Y ahora entremos ya a comenzar algunos de los platos. Para maridarlos, un “latidos del vino”, tinto barrica de la IGP (indicación geográfica protegida, categoría incluida en la última ley del vino) Valdejalón. Se trata de un tinto elaborado por Epilense de vinos y viñedos con un coupage de predominio casi absoluto de la garnacha y redondeado por un toque de syrah. De color picota con ribete granate, bien cubierto, muestra una capa alta. Glicérido, con lágrima lenta y persistente La larga estancia en barrica ha pulido muy bien los taninos, conservando sin embargo esa cremosidad del roble. La madera también está controlada, predominando en boca la fruta compotada con ese toque de madera. Puede presentar precipitados en botella fruto de la fermentación natural sin filtrado, algo que no resta calidad al vino en absoluto.

Detalle  de comedor reservado.














Vayamos ya a comentar los platos:

Aperitivo de bienvenida: “croqueta de jamón ibérico”.

Bien presentado visualmente, acompañado de unos brotes de germinados que decoran el plato con un toque de color y una loncha de jamón también ibérico en caliente que le va a aportar la textura crujiente además de reforzar el sabor de jamón. La croqueta, no obstante, va bien rellena, presenta muy buena textura, melosa en el interior y crujiente en el exterior. Muy rica, sabrosa pero con el punto de sal perfecto aportado por el propio jamón. El aperitivo siempre es un indicativo de lo que puede venir después y, en este caso, señala de manera evidente hacia la calidad.

Tartar de tomate rosa con trufa del Moncayo. (Plato recomendado)

Un steak tartare de tomate rosa coronado por trufa del Moncayo de la variedad stivium, la trufa negra de verano. Troceado a daditos, con pepino y aromatizado con hierbas presenta un aroma cítrico intenso, también percibo toques de romero y albahaca además del aroma a la omnipresente trufa (aunque esta variedad es mucho menos aromática que su hermana, la melanosporum). Un conjunto de flores comestibles aportan más colores a plato, en el que contrasta fuertemente el rojo del tomate y el negro de la trufa. A nivel de texturas, la preparación logra también una gama amplia, con la carnosa del tomate y la crujiente del pepino y la trufa. El sabor en conjunto es muy agradable y todos los elementos se alían para componer un plato fresco perfecto para el verano.

Arroz cremoso de jabalí con pil pil y jamón aromatizado al tomillo. (Plato recomendado)

Un arroz curioso y original, que abre la temporada de setas y caza. El establecimiento tiene en los arroces una de sus especialidades. En este caso, los granos son gruesos, un híbrido entre la variedad bomba y el de grano largo. El arroz está perfecto de punto, ligeramente “al dente”. La carne de jabalí bien cocinada, se desmecha fácilmente y combina con el arroz dándole potencia al plato. El jamón ibérico termina de redondear el punto de sal y dota de gracia al plato. El “María Morena” es capaz de elaborar casi cincuenta variedades de arroces, por lo que es conveniente encargarlos si se quiere disfrutar de uno en concreto para una fecha determinada. En este “arroz de monte”, se deja notar ya con mayor claridad la autoría de la cocina del restaurante.

Bacalao confitado con setas y romescu. (Plato destacado)

Adornado con unos brotes de cebollino y acompañado de unos costrones de pan que le aportarán la textura crujiente a plato. Un buen lomo de bacalao, con una carne blanca y jugosa. Sabroso (desalado pero conservando el punto de sal que debe llevar un plato de bacalao de salazón). Acompañado de rebozuelo y trompeta negra, dos buenas variedades de setas que combinan muy bien con el pescado y, además de añadir color en en plano visual, aportan con su sabor terroso y mineral esa combinación “mar y montaña” que dota de identidad al plato. Un bacalao carnoso por arriba y meloso y gelatinoso por la parte de la piel, muy bien de textura, al igual que las setas, carnosas. La salsa romescu, suave, casera, ligando perfectamente con el bacalao muy al estilo mediterráneo, aportando también un toque naranja de colorido. Un plato que me parece redondo y que por ello lo destaco.

POSTRE.

Surtido de postres. (Postre destacado)

Se compone de “Flan de dos quesos”, “Trufa de Pepe con sal maldon” y “Bizcocho de cacao y cerveza negra con lluvia de chocolate”.
De este postre surtido, que va, in crescendo, en cuanto a sabor, la verdad es que las tres elaboraciones me parecen de altura. Primero la tarta de queso, suave y cremosa, con dos variedades, lo que la dota de originalidad. Se funde en la boca con una mezcla sutil de sabores. Luego, colocaría en segundo nivel de sabor al bizcocho de cacao, con un toque de cerveza negra que marida a la perfección con el chocolate. Y, por último, la “trufa de Pepe”, una trufa elaborada con chocolate negro monovarietal en una proporción del 70% también por el propio chef y redondeada con un toque de sal Maldon que contrasta con su textura cremosa y le da un toque de modernidad que ya se ha convertido en tendencia. Una explosión de sabor que se funde en la boca. Una trufa espectacular que supone el colofón del plato.




Como comentario final, he de decir que el restaurante-taberna “María Morena” es un lugar acogedor que, aún estando en pleno centro de la ciudad, algunos de ustedes quizá no conozcan debido a su emplazamiento tranquilo, sin ruidos. Éste es precisamente uno de sus atractivos para disfrutar de una comida o cena. La terraza permite además disfrutar del aire libre en una plaza peatonal e igualmente tranquila.


En cuanto a la gastronomía, el “María Morena” elabora una cocina de mercado marcada con un indudable sello de autoría y personalidad que imprime su chef y gerente Pepe Toledo. Un hombre apasionado por la gastronomía que sabe transmitir ese cariño y pasión en cada uno de sus platos. Esa es una de las claves fundamentales además de trabajar con un buen producto de temporada durante todo el año. Es patente también el interés por los productos aragoneses con marchamo de calidad, cuidadosamente elegidos por él.


En cuanto a los vinos, se percibe también ese interés y cariño por ofrecer al cliente referencias interesantes y originales que no so habituales, tanto de todas las denominaciones de vinos de Aragón (echando mano también de la IGP y de los Vinos de la Tierra) como de otras denominaciones (Ribera del Duero, Bierzo, Utiel-Requena, etc). Lo mismo en rosados, blancos y cavas (con un Vinho verde de D.O C Portugal o un Castell de Vilarnau Vintage) . Destacar de nuevo la ceveza belga Affligem, una alternativa nada desdeñable para maridar algunos platos.
Servicio muy correcto y cordial y un Pepe Toledo omnipresente que, de repente, sale de la cocina para imbuir cada mesa con una ráfaga de atenció y cariño que se deja notar. Todos estos factores hacen sin duda de “María Morena”, un lugar imprescindible para disfrutar de la buena gastronomía en Zaragoza. Una más que agradable sorpresa para un crítico como yo que, además, es un cinéfilo empedernido. El séptimo arte y la buena comida han formado siempre un gran binomio. Muchos recordamos filmes como “Comer, beber, amar”, “La gran Bouffe”, “El cocinero, su mujer, el ladrón y el amante”, esa delirante maravilla de Grenaway; “Delicatessen” y la ya mítica “Como agua para chocolate”. En este caso, y rindiendo homenaje a ese gran director aragonés que tan buenos ratos nos hizo pasar, un restaurante que luce a gala el nombre de su primera película no podía ser menos. Acérquense al “María Morena y descubrirán un excelente restaurante. Por todo ello pasa a formar parte también de la sección de restaurantes destacados de El Paladar Crítico.
Como recordaba el director de cine Ang Lee, que hay mejor que “comer, beber y amar”. Dos de esas tres maravillas de la vida (comer y beber bien), las tienen en un oasis de paz en el mismo centro de la ciudad. La tercera ya es harina de otro costal, pero como dijo el escritor irlandés George Bernard Shaw: “No hay amor más sincero que el amor a la comida”.


Restaurante-café-taberna “MARÍA MORENA”

Ubicación y entorno: 9
Ambiente y decoración: 9,5
Cantidad: 8
Calidad: 10
Creatividad: 9
Global: 9,1

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