Establecimiento valorado: O CABALIÑO
DO DEMO.
Dirección: c/Bolonia, 26.
Tel reservas: 976 081 478 y 627 762 488
Contacto: ocabalinhododemo@gmail.com
Zona: Centro.
Sector: Sagasta/Camino de las Torres
Este nuevo restaurante de
tan curioso nombre (y que nos remite a pensar en los paisajes y
riqueza natural de Galicia) se define a sí mismo como “restaurante
interactivo”. Su propietario y chef une a sus raíces palestinas la
cultura mediterránea, y plantea un concepto de restaurante dinámico,
que pretende atraer a todo tipo de público, pero en especial al
ávido por descubrir nuevos sabores y experiencias que enriquezcan la
gastronomía ,con diversas actividades : cenas temáticas,
proyecciones, menús personalizados para grupos, etc. Para ello, ha
transformado un local anteriormente ocupado por otro restaurante,
logrando una decoración acogedora y moderna, con un indudable toque
zen que hace su estancia en ella muy agradable. Con una iluminación
tenue y sugestiva y cuadros vistiendo todas las paredes del comedor,
“o cabaliño...” resulta ideal para parejas y para todos aquellos
que busquen un ambiente tranquilo y con gusto para disfrutar de la
gastronomía.
Caminos de mesa,
cubertería Eternum 18/10 moderna y funcional y una excelente
cristalería Schott alemana en la que se ha optado por copas tipo
borgoña para degustar todo tipo de vinos. Por su particular y
estudiado diseño, la verdad es que estas copas reflejan muy bien sus
colores y proyectan con intensidad los aromas de los caldos.
O Cabaliño ha optado por
comenzar su andadura sin una carta determinada, ofreciendo un menú
de degustación a un precio cerrado de 28,50 que incluye agua y pan (bodega aparte) y que va a ir cambiando con frecuencia. Además,
ofrece menús personalizados para grupos e irá organizando diversas
cenas temáticas e interactivas.
Con jazz y músicas de
inspiración árabe, llega un aperitivo con el que la casa muestra su
hospitalidad. Se trata de un hummus acompañado de rebanadas de pan
de cereales, emulsionado con aceite de oliva virgen extra y
aromatizado con Shattar (un curry árabe) Desde un primer momento
vemos patente la introducción y la fusión de culturas, y este
concepto de fusión se va a ir desarrollando y marcando con
intensidad durante toda la degustación de los platos. Este entrante
va maridado con un chupito de cerveza de barril 1906, la gama alta de
Estrella Galicia, y tengo que decir que es una cerveza excelente,
tipo lager, ligeramente tostada, de las mejores que he probado. El
contraste entre el cremoso de los garbanzos y el crujiente del pan
(también muy bueno) es muy marcado en este aperitivo-entrante. Un
plato que los amantes de la cocina vegetariana conocen bien.
Los platos también
pueden maridarse por copas, lo cual es una fórmula muy interesante y
que me gusta especialmente cuando se trata de probar preparaciones
diversas.
En primer lugar, ostra
con espuma de wakame y torrezno con un K-Naia 2011 blanco. Un
Rueda de la típica variedad verdejo que se presenta muy limpio. Con
un color amarillo pajizo y un intenso aroma a plátano y cítricos.
En boca entra suave, sin aristas tánicas, algo herbáceo, graso y
con un toque ligeramente ahumado. Un vino fácil de beber y muy
refrescante para el verano. La ostra (gallega) se presenta muy
limpia, despegada de su concha , con un aroma y sabor intenso a mar.
Los dados de torrezno hacen un fuerte contraste en textura y sabor
para este “mar y montaña” arriesgado, que denota con fuerza dos
cosas al mismo tiempo: una clara apuesta por la buena materia prima y
un sello indudable de cocina de autor que se refuerza en el guiño de
la espuma, pero con el indudable protagonismo del producto,
presentado en un plato de pizarra con su concha entera. Destaco la
alta calidad de la ostra, que es excelente en textura, aroma y sabor
y visualmente, por sí sola es ya un espectáculo creado por la
propia naturaleza que apenas necesita decoración en el plato. El
contraste es arriesgado y sorprendente, resultando un plato que, para
los que sean muy puristas del marisco, les parecerá un poco
“sacrílego”, pero atrévanse a probarlo pues el contraste merece
la pena.
Cebolla de Fuentes.
(Plato destacado)
Se trata de una tierna cebolla de Fuentes, asada en carbón, acompañada
de una mantequilla hecha con su propio brote (cebollino) y con un
cordón de jugo natural de carne en demi-glace adornando el plato.
Sorprendente la mayonesa verde que le aporta color y recuerda mucho
al wasabi (un guiño a la cocina japonesa). Dicha mantequilla, junto
con el aceite de oliva virgen extra (muy presente en todas las
elaboraciones), le da untuosidad al plato y logra que la carne de la
cebolla (no pica absolutamente nada, quiero resaltar esto para los
que duden en probarlo) entre suave, como un guante. Una “ensalada templada" diferente con un protagonismo absoluto del producto (la cebolla)
natural y de calidad, como una clara afirmación de la vuelta a las
raíces, al alimento en su estado puro. Me ha gustado especialmente y
por ello lo destaco. El sabor concentrado en la sencillez (como un
haiku japonés) y calidad del producto. Para saborearlo despacio. Una cebolla
carnosa, jugosa, casi melosa, que acaricia el paladar y no puede
estar más deliciosa. Un ejemplo de cómo se puede sacar partido a un
producto sencillo pero de alta calidad.
Ternera en su jugo con
verduritas y puré de patata.
Un
plato muy bien presentado visualmente cuya base es la gran calidad
de la carne. Un solomillo de ternera gallega, plancheado en sartén,
tierno y jugoso, con escamas de sal Maldon por encima. Acompañado de
una guarnición de trigueros, puré de patata y cebolla tierna de
Fuentes, aportando las verduras (bien cocinadas) el punto crujiente.
Un fino y cremoso puré de patata natural da el contrapunto en
textura. Maridado con un tinto Régoa 2008 de la D.O Ribeira Sacra,
muy frutoso, aromático y licoroso en nariz (me ha parecido más
interesante en este aspecto). En boca, a pesar de llevar algo de
barrica (pienso que unos 6 meses como máximo), resulta terroso y
algo astringente, muy mineral, con un paso de boca que queda algo
plano en cuanto a recorrido y un retronasal mineral. Un vino marcado
por el suelo y el especial clima de la zona, muy de “terroir”.
Destaco la evidente calidad de la carne y el buen punto dado en
plancha, permitiendo que el solomillo quede jugoso por dentro.
POSTRE.
Tartar de fresón con
helado de tomillo, aceite de oliva y crema de Módena.
(Plato destacado)
Este
postre me ha gustado especialmente por varias razones. El punto de
sazón dado a las fresas que, aunque en final de temporada, aún
están buenas si se saben elegir bien. Con una combinación casera
(utilizando un buen vinagre en este caso) que muchas amas de casa
conocen. Un postre por tanto, que reúne en sí mismo tradición y
vanguardia. Con el aceite de oliva como elemento de unión que le
aporta ese inconfundible carácter mediterráneo, y un helado de
tomillo casero y muy bien logrado que, además, aporta aromas y un
sabor exótico y diferente. Todo ello adornado con una, también
aromática, hojita de hierbabuena.
El
establecimiento posee y ofrece a sus clientes aguardientes y licores
artesanos de Galicia (mistelas, cremas de orujo, orujos de café y
blancos) así como otros licores y destilados.
El
restaurante interactivo O Cabaliño Do Demo, situado en una ubicación
céntrica, llama la atención en un primer momento por su curioso
logotipo (una libélula cuyo estilizado cuerpo es un tenedor), que
marca ya una identidad diferente que quiere jugar y sorprender al
comensal que se encuentra con él. Con una cocina en la que su chef
imprime una indudable autoría y un sello personal, en la que se
combinan las culturas de oriente medio con la mediterránea, el
producto de calidad en origen se erige en protagonista de los platos
(tanto el marisco gallego, como las buenas verduras y la carne),
hasta el punto de que podemos recuperar sabores de antaño casi
perdidos(como esa estupenda cebolla asada al aroma de carbón) pero
con una presentación visual actualizada. No se abusa de la
tecnología culinaria para crear complicadas esferificaciones,
gelificaciones ni humos de nitrógeno líquido, tan solo un guiño
con determinados toques (alguna espuma, reducciones o una
original mantequilla). Muy interesante me parece la simbiosis
gastronómica de culturas distintas que no están tan alejadas como a
veces se pueda pensar (pues la árabe convivió con la nuestra
durante muchos siglos), con esa aportación tan original que las
especias exóticas dan a los distintos platos. En ese terreno (el de la fusión)
es donde al chef (Farid) le gusta moverse, y lo hace con soltura, con
amor y respeto a sus raíces, sin cerrarse además a ningún otro
tipo de gastronomía o petición que, por encargo, deseen hacerle sus
clientes (cenas temáticas, menús configurados a medida, etc). En
ese concepto de “interactividad” se mueve también su inquietud
permanente por investigar, por experimentar, crear y descubrir en el
campo de la gastronomía, pero siempre con una clara fidelidad al
producto natural y de calidad (lo más ecológico posible),
respetando también a la madre naturaleza, algo que todos deberíamos
cuidar cada día con mimo si no queremos perder la esencia original
de los productos que nos regala en cada momento del año. Por todo
ello, considero que “O cabaliño do demo” es un restaurante que merece la pena que descubran. Un espacio diferente que se añade a los ya
existentes en nuestra ciudad para enriquecer la cultura gastronómica
con inquietudes y ganas de sorprender y agradar a todas aquellas
personas que lo visiten. Además, un servicio cordial, atento y profesional,
basado en una milenaria hospitalidad que no deberíamos perder nunca,
pues la humanidad es un rasgo universal que debería unirnos a todos
en un mundo globalizado que nos permite también viajar a otros
lugares y descubrir otros sabores sin salir de la ciudad.
Ubicación
y entorno: 9
Ambiente
y decoración: 9
Cantidad:
7, 75
Calidad
y creatividad: 9, 5
Global:
8,812
Se ve muy lindo el Cabaliño... estuve en este restaurante en la anterior administración y debo confesar que ahora luce muy lleno de vida y apropiado para una cena en pareja. ¡Me llevo a mi chico a cenar! ;) Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarGracias a ti siempre Julieta por tu fidelidad y tus comentarios. En efecto, el cambio visual a mejor ha sido sustancial en este restaurante, que igualmente desarrolla un tipo de cocina actualizada y diversa. Y si llevas a tu chico a cenar, seguro que va a disfrutar mucho, tanto de la gastronomía como de tu compañía. ;)
ResponderEliminar¡Qué buena pinta tiene todo! Desconocía este blog, pero desde hoy, aquí tienes una seguidora más. ¡Gracias!
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