Restaurante valorado: EL CHALET.
Tipo de cocina: De mercado, con tono de autor.
Dirección: c/Santa Teresa , 25. Tel. Reservas: 976 569 104.
Zona: Universidad. Sector: Plaza San Francisco..
Fecha: 20 de abril de 2011
Su inconfundible fachada de antiguo ladrillo con su tapia enverjada rodea el acogedor jardín que se esconde entre sus muros bajo la seria y atenta mirada del torreón de La Salle. “El Chalet”, con sus comedores (salón Aranda y Cristalera) y salones privados (Ejea y Castejón) ofrece más de 80 plazas que, si ahora, con la buena climatología, les sumamos la capacidad de su excelente terraza para disfrutar de la gastronomía al aire libre, pasa de las cien.
A su reciente y exitosa participación en el certamen de Zaragoza gastronómica, que permitió disfrutar de su habitual calidad por un precio muy asequible al gran público (se trataba de un menú-degustación que, por 25 euros, permitía saborear platos tan sugerentes como unos raviolis de centollo y pasta fresca con crema de cigalas o unas texturas de berenjenas y bacalao al pil pil de calabaza y frutos secos), se añaden sus ya clásicas jornadas de la cocina del bacalao y la cuaresma dentro de una segunda edición de las jornadas gastronómicas de la Semana Santa, que abarcan hasta finales del mes de abril. En esta ocasión, por 45 euros, “El Chalet” ofrece un interesante menú temático de degustación compuesto de un entrante, dos platos y postre (bebida aparte). A esta oferta hay que sumar su menú de actualidad (a 32), su carta a precio cerrado y su menú especial de degustación (a 52).
Toques de vanguardia en la vajilla y amplias copas bordelesas sobre impecables mesas vestidas con mantelerías de algodón. Cubertería Cruz de Malta de acero 18/10.
Procedo a valorar varios platos (dos de ellos forman parte del menú temático del bacalao). La degustación tiene lugar en su preciosa terraza, protegida por la sombra de sus plantas, toldos y sombrillas. La presencia de la decorativa fuente aumenta la sensación de frescor. Con una temperatura ya primaveral y muy agradable.
Varios tipos de pan a elegir (cebolla, chapata mini, integral, pasas o semillas). El vino para acompañar los platos es un Heras Cordón tinto de la añada 2004 procedente del siempre interesante “rincón de la bodega”, una sección especial que, dentro de la extensa carta de vinos que posee el restaurante, ofrece buenas opciones a un precio estrella. Se trata de un tinto clásico de la D.O Rioja (Bodega Heras Cordón, Fuenmayor, La Rioja). Con un coupage con predominio de la tempranillo, más un porcentaje de mazuelo y graciano, presenta un color cereza granate, con una capa media-alta. En nariz ofrece notas cremosas y tostadas de crianza en roble, también fruta roja acompañada de especias (pimienta, clavo). En boca es amplio, carnoso, fácil de beber y con un final bastante largo.
LOS PLATOS.
Aperitivo cortesía de la casa: Crema de calabaza con patata y bacon crujiente. Sinfonía de texturas (líquida, cremosa y crujiente del bacon) para una estupenda y natural crema tibia presentada en vasito de cristal ovalado. Perfecto para templar el paladar y poner en marcha las papilas gustativas.
Entrante: Carpaccio de bacalao con tomate seco y aceite de habas tiernas.
El blanco de las limpias láminas de bacalao se alterna con el verde de las habas y el rojo del tomate para componer un conjunto visualmente bien presentado. Un plato en el que la materia prima de calidad toma el protagonismo para lograr un sabor a bacalao intenso y de altura que deseo destacar. Las frescas láminas se funden en la boca con el aporte cremoso que les proporciona el aceite de oliva virgen extra.
Alcachofas con ajoarriero de bacalao y gambas.
Unas excelentes alcachofas naturales presentadas con parte de su tallo. Tiernas y carnosas, contrastando su textura con la cremosidad del ajoarriero. Una sencilla pero bonita presentación visual para un plato en el que la calidad del producto vuelve a tomar protagonismo. Un sabor sobresaliente en el que la alcachofa (tan difícil de maridar) se alía a la perfección con el bacalao para componer un sabor que no deja indiferente, suave pero persistente en el paladar. Un plato bien conseguido y que, en su aparente sencillez, se engrandece en la complejidad que conlleva conseguir su punto justo de elaboración
Steak tartare. (media ración)
Tras una larga etapa sin degustar este plato que en “El Chalet” goza de merecido prestigio, vuelvo a quitarme el sombrero ante un producto fresco de primera calidad que, en manos del experimentado chef Ángel Conde y preparado a la vista del comensal, se convierte en un auténtico manjar. Su particular elaboración en directo (se puede pedir suave, al punto, más intenso o picante) se ofrece para el comensal en un espectáculo visual que culmina con ese sabor final obtenido en base al aporte de especias y múltiples ingredientes. Un plato que hará las delicias de los amantes de la carne. De diez. Insuperable. Absolutamente recomendable.
Rabo de buey deshuesado sobre brioche de queso y hongos.
Una simbiosis de tradición (rabo cocinado al estilo casero de siempre) y vanguardia, por su trabajo y forma de presentación. Montaña y huerta se unen para una excelente presentación visual con tonos claros ,verdes y marrones que no defrauda en perspectivas en cuanto a sabor. Buen punto de elaboración. La base tierna, la textura propia de la carne perfectamente deshuesada y una capa crujiente como remate, le dan tres niveles a este plato complejo y muy sabroso que me ha gustado especialmente.
POSTRE.
Buñuelos de chocolate “El Chalet”.
Un diez a nivel visual (con los buñuelos presentados como mágicos frutos de ramas de árbol) que se confirma en el sabor, ternura y cremosidad. Acompañados de helado de chocolate blanco. Un postre clásico actualizado con una presentación de vanguardia. Insuperables. Los recomiendo sin duda alguna. Hará las delicias de los amantes de este postre que es ya un clásico que no pasa de moda.
Café acompañado de petits fours.
Un restaurante de nivel como “El Chalet” no olvida que los detalles finales de una comida o cena también son importantes. Mini palmeras de chocolate, brownies en miniatura y crema de tocinillo de cielo se presentan de manera visualmente atractiva para acompañar un café afrutado y de sabor intenso.
“El Chalet” en esta nueva visita, además de mantener su maestría en platos que ya constituyen leyenda dentro de la gastronomía (como el steak tartare o el rabo de buey), sigue mostrándose como un restaurante inquieto (participando en certámenes y elaborando jornadas de cocina temática durante todo el año), siempre con ganas de agradar y sorprender al cliente fiel y al que tiene la fortuna de descubrirlo por vez primera. Para el comensal habitual, volver a “El Chalet” supone vivir de nuevo una experiencia de total placer gastronómico aderezada con un servicio y una profesionalidad impecables. Cocina de mercado con clara autoría en constante evolución y actualización. Para el visitante neófito, supondrá sin duda una revelación, descubrirá un lugar muy especial en el que los sentidos se unen para disfrutar de una realidad diferente que nos acerca a soñar. Mi enhorabuena a un establecimiento que, sin duda, para mí, sigue en la cresta de la ola de la gastronomía aragonesa.
El Chalet
Ubicación y entorno: 9
Ambiente y decoración: 9,75
Cantidad: 8,75
Calidad y creatividad: 9,75
Global: 9, 31
Estuve comiendo en este lugar y me pareció fabuloso; no sólo por la atención del personal que atiende siempre con una sonrisa y de la manera más amable, sino porque comí exquisitamente... los buñuelos de chocolate son sencillamente celestiales, un pedacito de nube en la boca y el steak tartare que me parecía arriesgado terminó por convencerme. Un restaurante encantador sin duda.
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