En pleno centro de Zaragoza, en la tranquila y castiza calle de Inocencio Jiménez (entre la calle Sanclemente y la plaza de Santa Engracia) ha abierto recientemente un establecimiento de nombre igualmente castizo: "La antigua tabernilla CANDILEJAS". El término "candileja" proviene de candil. La candileja era el vaso interior del candil en el que se colocaba aceite o alguna otra sustancia combustible para que ardiese y, de esta forma, iluminar las estancias. De ahí proviene también la expresión "luces de candilejas" que, en el argot teatral, son las luces que iluminan el proscenio, la parte del escenario más cercana al público y en la que, en el teatro griego y romano, representaban la obra los actores, junto a la orquesta. El séptimo arte se ha inspirado en estos conceptos para crear dos grandes filmes hoy ya considerados inolvidables clásicos de la historia del cine
Las famosas "luces de candilejas" en un escenario teatral.
Las famosas "luces de candilejas" en un escenario teatral.
La antigua tabernilla "Candilejas" practica una cocina casera cuidando mucho la calidad y materia prima de todos los ingredientes y mostrando los platos al comensal con unas presentaciones actualizadas. El sello de identidad aragonés está también muy patente en cuanto a producto (buenos aceites, trufa, verduras de la huerta, etc.).
Se puede degustar un menú diario de calidad al precio de 15 euros que, durante el fin de semana incorpora platos algo más elaborados y pasa a 16,30. Los menús incluyen el pan (muy bueno por cierto), el vino (una garnacha de Lécera cargada de fruta, sabor y personalidad) y el postre.
El establecimiento ofrece además tapas, cazuelas y raciones caseras muy sabrosas y elaboradas con el mismo cuidado y calidad que los platos servidos en el comedor (unas 30-40 plazas). El comedor está decorado con un estilo "a la antigua", recordando a las famosas "casas de comidas de antaño", donde la abundancia de la madera lo dota de un ambiente cálido y confortable.
Un lugar nuevo y agradable para disfrutar de platos de la gastronomía de siempre con un indudable sello casero y en pleno centro de Zaragoza.